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Filohelenismo // Φιλελληνισμός

Literatura griega

III seminario de literatura neohelénica

III seminario de literatura neohelénica

            Un año más, en la Universidad Complutense de Madrid va a celebrarse un nuevo seminario de literatura neohelénica. Facultad de Filología A. Cada martes a las 16:30 h. de enero a abril.

            El Departamento de Filología Griega y Lingüística Indoeuropea y la Sociedad Hispánica de Estudios Neogriegos se complacen en invitarles a asistir al III Seminario de Literatura Neohelénica, así como a las jornadas dedicadas a la figura y obra de Kostas Karyotakis. El lugar, la fecha y la hora figuran en el programa adjunto:

http://www.hispanohelenica.org/3seminarioliteratura.html

Si pueden asistir, no se lo pierdan. Es de lo más interesante. Más adelante, recordaré en el blog la celebración de las jornadas sobre el poeta Kostas Karyotakis, que además se cerrarán con un precioso concierto musical con poesías de Karyotakis. Y también el 31 de marzo tendremos una representación del monólogo Ayante de Yannis Ritsos. Estos acontecimientos especiales, como ya he señalado, volverán a anunciarse en el blog en fechas cercanas a su celebración. De momento, aquí tienen el programa general, por si les interesa y pueden asistir. La asistencia es libre y gratuita. Bienvenido será todo el que se anime.

Aniversario (Odysseas Elytis)

ANIVERSARIO
...even the weariest river
winds somewhere safe to sea!


Traje hasta aquí mi vida
A esta marca que lucha
Siempre cerca del mar
Juventud encima de las rocas, pecho
Con pecho hacia el viento
Dónde irá un hombre
Que otra cosa no es que hombre
Contando con el rocío sus verdes
Momentos, con agua las visiones
De su oído, con alas sus remordimientos
Ah, vida
Del niño que se hace hombre
Siempre cerca del mar cuando el sol
Le enseña a respirar del lado en que se borra
La sombra de una gaviota.

Traje hasta aquí mi vida
Blanca medición oscura suma
Unos pocos árboles unos pocos
Guijarros mojados
Dedos livianos para acariciar una frente
Qué frente
Toda la noche lloraron las espera y no hay ya
Nadie hay ya
Para escuchar u paso libre
Para despuntar una descansada voz
En la muralla las popas chapotear trazando
Nombre más glauco en su horizonte
Unos pocos años unas pocas olas
Un remar sensible
En las ensenadas alrededor del amor.

Traje hasta aquí mi vida
Amarga rajadura en la arena que se borra
-Quién vio dos ojos rozar su silencio
Y se fundió en la solana cerrando mil mundos
Que recuerde su sangre a los otros soles
Más cerca de la luz
Hay una sonrisa pagando la llama-
Pero aquí en el paisaje ignorante que se pierde
En un mar abierto y despiadado
Se deshoja el sueño
Torbellinos de plumas
De momentos adheridos a la tierra
Tierra dura bajo las impacientes
Plantas, tierra hecha para el vértigo
Volcán muerto.

Traje hasta aquí mi vida
Piedra ofrendada al elemento acuoso
Más allá de las islas
Más abajo de la ola
En la vecindad de las anclas
-Cuando pasan quillas rajando con pasión
Un nuevo obstáculo y lo vecen
Y con todos sus delfines se acrecienta la esperanza
Logro del sol en un corazón humano-
Las redes de la duda cogen
Una forma de sal
Tallada con esfuerzo
Indiferente blanca
Que vuelve hacia el mar el vacío de sus ojos
Sosteniendo el infinito.

Extraído de http://www.grecia.cl/espanol/dedicatoria/dedic_febrero_06.htm

Teseo de Kazantzakis

Ahora que se acerca el verano y mucha gente dispondrá de amplio tiempo libre me gustaría hacer la recomendación de una lectura de Nikos Kazantzakis. Es una obra moderna del siglo XX, pero con todo el sabor de la tragedia clásica. Se trata de la tragedia Teseo, que yo leí hace ya algunas semanas y de la que guardo buen recuerdo. Comienza con el siguiente monólogo por parte del héroe ateniense, Teseo:

"Me han bañado, me han ungido de aromas, me han coronado de crocos y de lirios;

Muchachas de ondulados cabellos negros, los senos descubiertos, retorciendo sus brazos rodeados de serpientes.

Me han consagrado a su dios murmurando incomprensibles encantos.

Bajo la luna llena cretense, a medianoche, rodeándome con sus danzas sagradas,

Ellas me han empujado hasta aquí, ante esta puerta del Misterio.

Adornado cual un animal destinado al sacrificio,

A mí, el príncipe de Atenas, el hijo del Sol,

Teseo.

Ante mí, siete ancianos, eunucos imberbes y marchitos, portadores de antorchas;

Tras de mí, sacerdotisas de la Gran Diosa, siete nobles damas con hiératicos peinados adornados con cintas,

Me han paseado solemnemente de estancia en estancia, de jardín en jardín, de prisión en prisión, por el inmenso Palacio,

Entre dobles hachas amenazadoras de bronce y de oro.

Alternativamente, olores embriagadores y hediondos, mugidos y llantos subterráneos, cantos y risas sobre la tierra, y a mi alrededor, brillando en la oscuridad, ojos malignos y burlones.

¡A fin de que el miedo me envuelva, que mi espíritu se extravíe a la vista de esas maravillas y de esos terrores! Pero yo te guardaba inexpugnable en mi pecho, ¡Oh, peñasco de Atenas,

Llevando entre mis cejas, un dios efebo, archiefebo, mío!

Me han servido bebidas embriagadoras, pero yo no me he embriagado;

Cada noche han puesto una mujer en mi lecho, pero yo no la he tocado;

Pues guardaba mi fuerza entera para el momento supremo.

Ahora estoy en pie y espero puro, sereno, lúcido a su Gran Rey, el de las sagradas llaves de hierro,

Para que derrame sobre mi cabeza el encanto mágico, que me abra la puerta de los Infiernos,

¡Y la lucha comience!

(Se oye bajo tierra, debajo de TESEO, un sordo mugido de alegría. TESEO hiere el suelo con el pie.)

¡Demonio subterráneo que te revuelcas en el cieno, yo te saludo, devorador de hombres!

Has olfateado mi carne, has saltado de hambre y me das la bienvenida relamiéndote.

¡Salud, amigo! Heme aquí. ¡He llegado! Mi carne tiene gusto a sal; en mis labios tengo el áspero olor del duro pan de cebada y de la aceituna amarga de mi patria.

Vengo a ti; te traigo los soles, los vientos, las lluvias del mundo de la superficie; pero ten cuidado; mi corazón es una almendra cuya cáscara rompe los dientes;

¡Yo te romperé los dientes!

Acechas bajo tierra acurrucado en las húmedas tinieblas, velloso, apestoso, tus poderosas mandíbulas abiertas de par en par... tú me esperas, ya lo sé;

Algunos aseguran que no eres más que un Gusano que se ha hinchado desmesuradamente hasta convertirse en un monstruo, por haber comido demasiado; otros pretenden que eres el Rey de los Infiernos, la cabeza de oro, los cuernos retorcidos;

Y otros, en fin, que eres un dios;

Voy a descender, voy a luchar; juzgaré.

(Silencio.)

Vertical esta hora decisiva está suspendida sobre mi cabeza; la mano del Destino brilla fosforescente en la sombra, sosteniendo la balanza.

En el platillo de la derecha, un Gran Poder corrompido, ungido de afeites y de perfumes, cubierto de joyas, para encubrir su podredumbre,

Sostenido por toros;

Sobre el platillo de la izquierda, yo, solo.

Me coloco la mano como visera, apercibo entre las ramas de los olivos sagrados la puerta azul de mi patria, la mar.

Elevo la voz y llamo: Acude, compañero de mi juventud; nos perderemos o nos salvaremos juntos. ¡Socorro!

Cabalga sobre las olas, levanta por encima de la espuma tu rubia cabeza, mírame; ¿te acuerdas de mí?

¡Yo soy Teseo!

Un resplandeciente día de sol yo nadaba a mediodía en una bahía solitaria del Ática sembrada de guijas;

Sobre mi cabeza, alegre, el sol; detrás de mí, pinos murmurando a impulsos de la brisa; ante mí, hasta las distantes costas de Creta, la mar inmensa.

Yo me volvía a menudo; ¡tú nadabas conmigo!

A tu vista, mi fuerza se decuplicó; rivalizamos cuerpo junto a cuerpo; los brazos ampliamente separados, rechazábamos las olas a brazadas tras de nosotros.

Luchamos a ver quién adelantaba a quién.

Tan pronto eras tú quien bogaba delante; yo me encolerizaba y me esforzaba en alcanzarte; cuando quedabas atrás, tú te irritabas, saltabas como un delfín y me alcanzabas. Yo tendía entonces la mano; ambos nos sentíamos iguales; hendíamos la mar uno junto al otro; las olas se transformaban en humeantes corceles, la mar entera espumeaba, se ponía a relinchar.

Y surgiendo de sus grutas de azur, Poseidón nos miraba con terror y fiereza.

Nosotros nos echamos a reír; la playa reía toda a la par que nosotros; repuestos, descendimos por fin de nuestros glaucos corceles.

Yo me extendí sobre las ardientes guijas, tú, el semblante vuelto hacia el mar, erguido, los pies juntos, las manos pegadas a los muslos,

Te secabas al sol.

Mis ojos recorrían tu cuerpo, querido compañero, con avidez; te contemplaba maravillado; tus piernas brillaban como columnas de bronce, tu vientre se redondeaba liso y velludo; tu ancho pecho estaba cubierto de sal,

Y tus labios temblaron a impulsos de una risa imperceptible, que se esparció por todo tu cuerpo, desde los tobillos hasta tu altiva frente; era como si hubieras dormido durante miles de años.

Te despertaste en el instante dispuesto y miraste las montañas, la mar, las islas, las barcas,

Y todo lo que veías era tuyo.

Yo te admiraba en silencio; extendiste el brazo derecho como si quisieras tomar posesión del universo visible; a menudo tu pie se levantaba del suelo, como si fuera una joven ala que ensayara su poder por primera vez.

Afirmabas tu fuerza y, tomando impulso, desapareciste en el aire azul; sin embargo, has quedado, inmóvil y sereno, en el trampolín de mi espíritu.

¿Retornaré yo algún día a mi casa? ¡Sí, retornaré! Y abatiré un bloque de nuestras montañas, lo desbastaré y esculpiré tu cuerpo, para guardarte en mi palacio, esclavo y señor.

¡Y así no te apartarás jamás de mí!

¡Oh, fiel compañero! Aún tenemos ante nosotros feroces hazañas; hay en el país muchas fieras, muchas divinidades malas y bajas aún, pero nosotros nos pondremos en camino, los dos, hombro con hombro.

¡Y las exterminaremos!

(Mostrando la puerta del Minotauro.)

¡Comencemos por este!

(Ahora se escucha más cerca, fuerte y amenazador, el mugido del Minotauro.)".

Versión de la edición de Planeta del volumen II de Obras selectas, Kazantzakis, 1962; Trad: Enrique de Juan

En torno a la tragedia

En torno a la tragedia
Kazantzakis decía en una de sus obras (El jardín de las rocas): "Convertir el espectáculo de la muerte en una fuente de alegría, lanzar sobre el abismo un velo bordado con flores rojas y cuerpos que se entrelazan y dioses fantásticos, es sin duda el acto más heroico y más noble que el hombre pueda realizar. La tragedia es la hija de nuestra orgullosa alma que osa contemplar su propia imagen vacilando sobre el abismo".
 
Supongo que trata de responder una de esas preguntas que algunos nos hacemos a veces: "¿Por qué disfrutamos con el espectáculo de una tragedia? En ella se retratan las más crueles desgracias y los profundos dolores del ser humano. ¿Cómo, pues, podemos encontrar disfrute con la tragedia? ¿Cómo lo que en la vida real nos produce pavor y repulsión en la ficción resulta de nuestro agrado? Ya en la antigüedad se plantearon esta cuestión: esto se explicaba mediante el fenónemo de la catarsis, mediante el cual se producía una purificación en el espectador a través de las sensaciones de terror, piedad y compasión experimentadas. Por este motivo el que contemplaba el espectáculo podía sentirse limpio y puro, después de haberse purificado espiritualmente. Así lo explica Aristóteles en su Poética. La catarsis también existe en el campo de la biología: el DRAE la define como una expulsión espontánea o provocada de sustancias nocivas al organismo. Lo mismo sería lo que se da en el mundo del arte, sólo que al tratarse de algo psicológico no es tan visible como lo que ocurre en el campo científico, pero quizá sea esta causa ya explicada por Aristóteles el verdadero motivo por el cual el espectáculo de la tragedia conmueve y gusta al ser humano. Pese a ello, la tragedia creo que siempre guardará cierto misterio (al menos para mí) que la hará algo especial. En cuanto a la comedia resulta obvio la cantidad de beneficios que la risa nos puede aportar.
 
Kazantzakis además concibe la tragedia como un acto de valor en el que el ser humano se atreve a mirarse a sí mismo en sus peores circunstancias, una arriesgada apuesta por el dolor en el mundo del arte. ¿Quién tiene valor como para, con todas las desdichas que tiene la vida, atreverse a seguir contando más y más de lo mismo en vez de escribir cosas alegres?
 
Lo cierto es que este género literario sigue con nosotros tras el paso de tantos siglos y parece que no estamos dispuestos a alejarnos de él, sino a tomar del arte lo bueno y lo malo de la vida, del mismo modo que hacemos, inevitablemente, con nuestra existencia. Tal vez necesitamos esa vida paralela, que es el arte, como la medicina de nuestra mente. Tal vez (o seguramente) el arte no sea un capricho humano, un lujo social, sino que probablemente sea una necesidad psicológica. Así es como yo lo entiendo.

Ediciones virtuales de Homero

Ediciones virtuales de Homero

"Homero: un enfoque distinto a la guerra de Troya" es el título de una página web que he estado ojeando esta mañana. Para los que gustamos de la épica homérica resulta un enlace de lo más interesante, pues entre otras cosas tenemos la edición de la Ilíada y de la Odisea en castellano y con comentarios. También está disponible en inglés. Aparecen otro tipo de datos, como comparaciones geográficas entre la Troya homérica y la Troya griega, bibliografía variada sobre Homero, contexto histórico... y hasta disponemos de un atlas de geografía homérica. Pueden acceder a ella desde aquí:

http://www.homero.com.mx/index.html

Otra entretenida edición de la Odisea y la Ilíada nos ofrece variación de color en el texto según qué personaje hable:

http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/literatura/odisea/indice.html

Y también disponen de la edición de Homero en bibliotecasvirtuales.com, donde se hallan además otras obras clásicas, como la Eneida de Virgilio, o la República de Platón:

http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/...

 

Ánguelos Sikelianós y Gregorio Prieto

Ánguelos Sikelianós y Gregorio Prieto

Ánguelos Sikelianós es un poeta griego nacido en 1884 en la isla de Léucade. Allí permaneció los primeros años de su vida. Empezó a hacer la carrera de Derecho sin llegar a terminarla nunca, pues sus intereses fundamentales se basaban más bien en la literatura, y desde muy joven ya estudió a autores clásicos como Homero, Esquilo, Píndaro, poetas líricos, autores órficos, presocráticos y pitagóricos. Sus primeros poemas personales se publican en la revista Diónisos, en los que se dejan ver ciertas huellas del último Parnasianismo y del Simbolismo. Durante esos años realizó viajes diversos y se volcó en la creatividad de su poesía y su teatro.

En 1907 compone su primera obra importante, una autobiografía lírica titulada El visionario, título que tomó de un verso de Solomós (de Los sitiados libres). Poco después de esto, al volver a Léucade, decide vivir con la americana Eva Palmer, su compañera sentimental, después se marchan un breve período a París y finalmente acaban viviendo en Estados Unidos, donde se celebra su boda. Ella apoyó económicamente en todo momento a Sikelianós, pues además de su esposa fue su mecenas en sus proyectos, la mayor de las veces frustrados, y terminó por perder su fortuna pero nunca el amor que sentía por Sikelianós ni su amor por Grecia. Ella le ayudó con su proyecto de “la idea délfica”: a él le preocupaba bastante la atmósfera intelectual de la antigua Grecia y tuvo la idea de crear en Delfos un núcleo intelectual universal capaz de reunir los contrastes y diferencias de los pueblos. Para ello, realizó multitud de conferencias, publicó ensayos y distintos artículos. Además de ello, organizó los “Juegos Délficos”, en los que se representaban Prometeo encadenado y Las suplicantes de Esquilo. La Idea Délfica también comprendía la “Unión Délfica”, una unión universal para el compañerismo de los distintos pueblos, y la Universidad Délfica, cuyo objetivo sería reunir en un mismo lugar las tradiciones de todos los pueblos. Por estas iniciativas, en 1929 la Academia de Atenas concedió a Sikelianós una medalla de plata por su decidido intento de revivir los Juegos Délficos.

Años después se separará de Eva Palmer para juntarse con Ana. Sikelianós lo hará con el consentimiento de Eva, y ésta mantendrá una buena relación de amistad también con Ana. Al morir Sikelianós, Eva le dijo a Ana: “Se nos ha muerto nuestro Ánguelos”.

El poeta murió en Atenas en 1951 y fue enterrado en Delfos. Escribió cinco libros de Prosa, y otras obras de teatro tituladas: El ditirambo de la rosa, Sibila, Dédalo en Creta, La muerte de Diyenís, Cristo en Roma y Asclepio, además de su producción poética, caracterizada por un intenso lirismo y una especial riqueza lingüística. En él se aprecia un profundo sentimiento y conocimiento de la lengua popular en toda su pureza. Compuso Vida lírica, obra editada en tres volúmenes. Otra de sus grandes obras es Prólogo a la vida. De su largo poema Madre de Dios se ha llegado a decir que es el poema más musical que se ha escrito en lengua griega después de la muerte de Solomós. Y lo es no sólo por el ritmo de sus versos, sino también porque las imágenes se van sucediendo como motivos musicales. También es autor de algunos Epinicios.

El visionario está escrito en una intensa lengua demótica (la corriente popular) y contiene una feliz y juvenil identificación con la naturaleza, con la que mantiene una comunicación directa. El contacto con la naturaleza ayuda al poeta a sentirse libre.

Gracias a su ideal délfico, Sikelianós entró en contacto con el pintor manchego Gregorio Prieto. Este pintor reflejó en su arte su amor por el mundo griego, fue influido por la estética griega clásica. En su pintura se pueden ver aurigas, paisajes de Santorini, ruinas o esculturas, con dibujos sobre un fondo muy blanco y con trazos en negro. Ambos mantuvieron una buena amistad. La obra de este pintor se puede observar en el Museo de Valdepeñas, el pueblo del artista.

He llegado a conocer esta relación entre el poeta griego y el pintor manchego a través de mis estudios en la universidad. En primer lugar gracias a una publicación llamada Más cerca de Grecia que dirige mi profesora Penélope Stavrianopulu, en la que se hacen ediciones bilingües de literatura griega moderna, un trabajo de lo más interesante que ella se encarga de dirigir y que tiene por consejo de redacción a Pilar González Serrano, Fernando García Romero, Ana Martínez, Olga Omatos y Jesús Taboada Ferrer; una publicación adscrita a la Universidad Complutense de Madrid. En segundo lugar, porque en una de las conferencias del II seminario de literatura neohelénica que se celebra en mi facultad (del que ya he hablado otras veces) la doctora Pilar González Serrano mencionó esta relación del poeta con el pintor manchego. Y yo, curiosamente, he conocido a este pintor gracias a Sikelianós, un artista griego, pese a haberme criado en La Mancha.

Para más información sobre Gregorio Prieto:

http://www.uclm.es/ceclm/gregorioprieto/biografia.htm

http://www.aache.com/museos/ciudad_real_valdepenas.htm

 

Para la redacción de este artículo he empleado las siguientes fuentes:

- Más cerca de Grecia, nº 18, 2002-2005, Publicación editada por el Departamento de Filología Griega y Lingüística Indoeuropea de la Universidad Complutense de Madrid.

- POLITIS, Linos, Historia de la literatura griega moderna, Ed. Cátedra, Madrid, 1994

- Artículo sobre Sikelianós de la Wikipedia griega, en internet:

Artículo sobre Sikelianós (en griego)

Kazantzakis el pensador

Kazantzakis el pensador
Puesto que estamos en el quincuagésimo aniversario de la muerte de Kazantzakis he decidido dedicarle durante lo que queda de este año una entrada cada mes a modo de homenaje a su memoria. El mes pasado comencé con él el día 16, y esta vez quería dejarles un enlace interesante que he encontrado en algún lugar de la red que se centra en su faceta de pensador. Se trata de una conferencia de George Stassinakis, presidente de la Sociedad Internacional de Amigos de Kazantzakis y del boletín La Mirada Cretense, que dio en la Universidad de Chile bajo la dirección de Castillo Didier. En ella nos habla del pensamiento de Kazantzakis, lo analiza; nos habla de su amor por la naturaleza (adora el campo pero detesta los centros urbanos); de su presencia activa en la sociedad; de la religión, la religiosidad y la iglesia para Kazantzakis... en todo momento importantes puntos de interés sobre el autor. En el comienzo de la página tenemos disponible la visualización de la escena final de la película Zorba el griego. Disfruten de la conferencia y del vídeo:
Kazantzakis el pensador

La paz según Ritsos

Hace unos días mientras me paseaba por la sección de literatura griega moderna de la biblioteca de Filología Clásica de mi facultad vi unos libros de Yannis Ritsos que me miraron atentamente, varios tomos de su poesía editada en griego. Así que caí en la tentación y cogí uno de esos tomos y me vine a mi casa con él. He disfrutado mucho leyéndolo, y quisiera transmitirles un pedazo de mi experiencia, mostrándoles un poema en el que Ritsos canta a la paz en una poesía que dedica al poeta Kostas Várnalis, otro poeta de extensa producción y que también creó su propia Odisea. Esto es lo que Ritsos entiende por PAZ:

 

El sueño del niño es la paz.

El sueño de la madre es la paz.

Las palabras del amor bajo los árboles,

es la paz.

El padre que vuelve por la tarde con una amplia sonrisa en los ojos,

Con una bolsa en sus manos llena de fruta

Y las gotas de sudor en su frente,

Es como las gotas del cántaro que congela el agua en la ventana,

Es la paz.

Cuando las cicatrices cierran las heridas en la frente del mundo,

Y dentro de las fosas que cavaron los obuses plantamos árboles,

Y en los corazones en que cavó el incendio lía sus primeros capullos la esperanza

Y los muertos pueden echarse a un lado y dormir sin dolor

Sabiendo que su sangre no se fue con el mal,

Es la paz.

Paz es el aroma de la comida por la tarde,

Cuando la parada de un coche en la calle no es miedo,

Cuando la llamada a la puerta significa amigo,

Y la abertura de la ventana en todo momento significa cielo

Celebrando festejos nuestros ojos con las lejanas campanas de sus colores,

Es la paz.

Paz es un vaso de leche caliente y un libro ante

El niño que despierta.

Cuando las espigas se inclinan

La una sobre la otra conversando: la luz,

La luz, la luz,

Y rebosa de luz la corola del horizonte,

Es la paz.

Cuando las cárceles se restauran para ser bibliotecas,

Cuando una canción se eleva de umbral en umbral por la noche,

Cuando la luna primaveral sale de la nube

Igual que sale de la barbería del barrio recién afeitado

El trabajador la tarde de un sábado,

Es la paz.

Cuando el día ha pasado

No es un día que ya se ha perdido

Sino que es la raíz que alza las hojas de la alegría por la tarde,

Y es un día ganado y un sueño justo.

Cuando sientes de nuevo que el sol ata apresuradamente sus cordones,

Que da caza a la tristeza desde los rincones del tiempo,

Es la paz.

Paz son los montones de rayos sobre los campos del verano,

Es la cartilla de la bondad en las rodillas de la aurora.

Cuando dices: hermano mío, cuando decimos: mañana construiremos,

Cuando construimos y cantamos

Es la paz.

Cuando la muerte toma un poco de lugar en el corazón

Y las chimeneas muestran con dedos firmes la felicidad,

Cuando el gran clavel del crepúsculo

Lo pueden oler de igual forma el poeta y el proletario,

Es la paz.

La paz son las manos estrechadas de los hombres,

Es el pan caliente en la mesa del mundo,

Es la sonrisa de la madre.

Solamente esto.

Ninguna otra cosa es la paz.

Y los arados que trazan ranuras profundas en la tierra toda

Únicamente escriben un nombre:

Paz. Nada más. Paz.

Sobre los raíles de mis versos

El tren que avanza hacia el futuro,

Trigo cargado y rosas,

Es la paz.

Hermanos,

Dentro de la paz respira de par en par

Todo el mundo con todos sus sueños.

Daos las manos, hermanos,

Esto es la paz.