La figura de Hipócrates: el padre de la medicina
Hipócrates es una destacada figura de la antigua Grecia de la que apenas se tienen noticias. Nació en Cos en 460 a. C. y murió en Larissa en 377 a.C. Su padre, Heraclides, también fue médico. Hipócrates formó parte de la Escuela de Medicina de Cos, en la que junto a otros médicos comenzó a desvincular la religión de la medicina y esta empezó a constituirse como una ciencia propia. De esta escuela se nos conserva el Corpus Hippocraticum, atribuido a Hipócrates tradicionalmente, aunque seguramente fuera compuesto por varios médicos. Dentro de esta obra tenemos el célebre Juramento Hipocrático.
Juro por Apolo médico, por Asclepio, Higiea y Panacea, así como por todos los dioses y diosas, poniéndolos por testigos, dar cumplimiento en la medida de mis fuerzas y de acuerdo con mi criterio a este juramento y compromiso:
Tener al que me enseñó este arte en igual estima que a mis padres, compartir con él mi hacienda y tomar a mi cargo sus necesidades si le hiciera falta; considerar a sus hijos como hermanos míos y enseñarles este arte, si es que tuvieran necesidad de aprenderlo, de forma gratuita y sin contrato; hacerme cargo de la preceptiva, la instrucción oral y todas las demás enseñanzas de mis hijos, de los de mi maestro y de los discípulos que hayan suscrito el compromiso y estén sometidos por juramento a la ley médica, pero a nadie más.
Haré uso del régimen dietético para ayuda del enfermo, según mi capacidad y recto entender; del daño y la injusticia le preservaré.
No daré a nadie, aunque me lo pida, ningún fármaco letal, ni haré semejante sugerencia. Igualmente tampoco proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo. En pureza y santidad mantendré mi vida y mi arte.
No haré uso del bisturí ni aun con los que sufren del mal de piedra; dejaré esa práctica a los que la practican.
A cualquier casa que entrare acudiré para asistencia del enfermo, fuera de todo agravio intencionado o corrupción, en especial de tratos sexuales con las personas, ya sean hombres o mujeres, esclavos o libres.
Lo que en el tratamiento, o incluso fuera de él, viere u oyere en relación con la vida de los hombres, lo que no debe trascender jamás, lo callaré teniéndolo por secreto.
En consecuencia, séame dado, si a este juramento fuera fiel y no lo quebrantare, el gozar de mi vida y de mi arte, siempre celebrado entre todos los hombres. Mas si lo transgredo y comento perjurio, sea de esto todo lo contrario.
Trad: Dolores Lara.
Además de este juramento, Hipócrates nos ha dejado frases célebres como estas:
"Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina".
"La vida es breve, el arte largo, la ocasión fugaz, vacilante la experiencia y difícil el juicio".
"La fiebre de la enfermedad la provoca el cuerpo propio, la del amor el cuerpo del otro".
"Los jóvenes de hoy no parecen tener respeto alguno por el pasado ni esperanza alguna para el porvenir".
"Ni la sociedad, ni el hombre, ni ninguna otra cosa deben sobrepasar para ser buenos los límites establecidos por la naturaleza".
"La guerra es la mejor escuela del cirujano".
"Tus fuerzas naturales, las que están dentro de ti, serán las que curarán tus enfermedades".
"Hay una circulación común, una respiración común. Todas las cosas están relacionadas".
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